Cuando me enamore de ti, sabía que de un modo u otro; nuestros corazones saldrían heridos.
No es que sea adivina, o hubiese planeado lastimarte. Pero ambos nos conocíamos bien y mantener vivo el amor no esta entre nuestras virtudes. Y aun cuando sabíamos que ninguno cambiaría su modo de ser, decidimos intentarlo. Porque somos idiotas y creímos que venceríamos a las probabilidades.
Tal vez debimos notar que jamás funcionaria, pero quien puede culparnos… Somos jóvenes y cometer errores esta en nuestra genética. Nos quisimos lo mejor que pudimos, intentamos cambiar el uno por el otro. Como si alguna vez eso fuese a servir. Nuestros destinos no estaban enlazados. No servimos para estar juntos, porque somos iguales y al mismo tiempo tan diferentes.
¿Lo peor de nuestra historia? Es simple, yo te amo y tu a mi, pero somos demasiado orgullosos para volver a admitirlo. Porque preferimos mentirle al mundo al negar lo que nos une, porque es más fácil hacerle creer a la gente que lo nuestro no funciono, a explicar las razones por las cuales dejamos de intentar.
¿Y yo? Aquí sigo tan enamorada y tan destrozada como él día que te fuiste de mi vida.
...Tal vez el amor que sentí (y siento) por ti, a sido uno de los más peligrosos que sentí. Pues te entregue mi vida y a cambio no recibí nada.
Y lo admito; He buscado una excusa para odiarte, pero aun puedo ver tus virtudes he ignorar tus defectos. Porque se que me quisiste, pero el miedo al compromiso no es fácil de superar, también se que sobra decir cuanto me heriste con tu decisión de terminar todo lo que habíamos construido juntos... Todo eso a lo que yo llamaba mi presente y mi futuro.
Pero lo que más me duele de todo esto, es que aun sigo: Estúpidamente enamorada de ti
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