Y si no te quedan motivos para querer volver
pues te los inventas.

Porque así es la vida y no puedes cambiarla.

domingo, 12 de junio de 2011

Ya nada es lo mismo

Los cambios son necesarios, siempre nos ayudan a mejorar cosas que antes no nos satisfacian por completo... Pero a mi no me gusta cambiar.
No me gustan las despedidas.
No me gustan los finales tristes.
¿Los felices? Aún menos.
A decir verdad, no me gustan, en absoluto, los finales.
Cerrar ciclos, cambiar etapas, ese tipo de cosas no van conmigo.
¿Porque? Miedo, como siempre.
No podía dejar de mencionarlo, aunque lo hubiéramos dado por hecho mucho tiempo atrás.
Cambiar implica elegir. ¿Hacia dónde quieres ir?
Elegir implica renunciar. ¿Hasta donde planeas llegar?
(Te dirán que no, que es solo preferir. No les hagas caso, sólo pretenden confundirte).
TE HARÁN DAÑO.
Miles de lineas escritas sobre los mismos vagos conceptos, y mil más que podría redactar.
Incluyes las dos palabras mágicas: miedo y cambio y las palabras fluyen sin cesar.
Siempre duele dejar algo atrás.
Pero supongo que de eso trata el cambio.
Porque las cosas ya no son lo que eran, optimismo, la esperanza que antes no existia me da ganas de vivir. Querer cambiar, y a pesar del miedo, ser fuerte. Tener las cosas claras.
A eso me refiero cuando digo que ya nada es lo mismo.
Pero lo mejor de todo esto, lo que más me gusta, es que sigo siendo yo.
La misma de antes, pero a la vez una extraña.
¿Comprenden?